Por Reinaldo Figueredo*
A solicitud de mi
buen amigo Roberto Savio acepté por primera
vez reseñar algunos hechos históricos relacionados con acciones del presidente
Carlos Andrés Pérez, tan importantes cuan controvertidas a lo largo de sus dos
Gobiernos.
En esta ocasión doy a conocer los detalles que motivaron la gira del Presidente
Pérez a nueve países Europeos en el mes de noviembre de 1976, viaje en el cual,
por primera vez, un presidente de Venezuela visitaba la Unión Soviética.
Durante esa visita, como responsable del Comercio Exterior, me correspondió
concretar un acuerdo energético tripartito para suministros de petróleo en el
que estaban involucrados Moscú, La Habana y Caracas.
Como antecedente, debo recordar que en agosto del año 1975 CAP decretó la
nacionalización de la industria petrolera, ley que entró en vigencia solo a
partir del 1º de enero de 1976.
El proceso fue muy complejo dado que existían compromisos con las compañías
extranjeras cuyas concesiones aún disponían de algunos años de vigencia. Frente
a esto se introdujo en la ley de nacionalización un controvertido artículo (5º)
que señalaba diversas modalidades de posible asociación para dichas empresas
con la nueva gran empresa del estado Petróleos de Venezuela, SA (PDVSA).
Paralelamente se acordaba un monto, como suerte de contraparte, calculado sobre
las hipótesis de lo que dichas empresas habrían de percibir durante el plazo
impuesto para el cese de sus actividades.
En noviembre de 1976, las empresas extranjeras, en su mayoría norteamericanas,
le comunicaron al gobierno que desafortunadamente no habían logrado comprometer
las ventas en el mercado internacional, convenidas en 3 millones de barriles
diarios para el año 1977, a favor de la nueva PDVSA.
Claramente ese señalamiento se convertía en un ardid de negociación de las
empresas estadounidenses – con el apoyo de su gobierno- para lograr una
reconsideración de la resolución del gobierno Venezolano. Cabe recordar el
contexto de tensión del mercado energético Internacional luego de la guerra de Yom Kippur en
1973 que ya había originado como reacción de los países árabes un alzamiento en
los precios del petróleo de 7 veces su valor de venta y del suministro en el
mercado internacional.
En materia de política interna, Rómulo Betancourt,
fundador de Acción Democrática, el partido de gobierno, si bien no se opuso a
la nacionalización de la industria petrolera, previó sus consecuencias en
varios niveles y se opuso firmemente a la visita de CAP a la URSS y sobre todo
al propósito de dicho viaje: un acuerdo tripartito en el que Venezuela
suministraría, a nombre de la URSS, 30.000 barriles de petróleo diarios y a su
vez la URSS suministraría igual cantidad a un cliente de PDVSA en España. De esa visita, aunque no se
conocieran públicamente los detalles del acuerdo, era fácil deducir que Cuba
estaría involucrada. Sin embargo el propósito implicaba mayor trascendencia que
el evento en sí.
Hubo otro episodio previo al viaje a Europa que explicaba el verdadero
propósito de Carlos Andrés Pérez y sobre el cual Betancourt
tenía sus reservas. Se trató de un encuentro de Estado, extremamente secreto,
entre el presidente Pérez y Fidel Castro, en la isla de La Orchila, (base militar venezolana cercana a
Caracas).
Allí Carlos Andrés expuso su visión del alcance que tendría el viaje a la URSS
y una propuesta de estrategia entre Fidel Castro y él para intentar el inicio
de normalización de relaciones con Centroamérica. Todo esto con miras a un
proceso de pacificación de la región, entonces convulsionada por conflictos
bélicos entre revolucionarios apoyados por Cuba y la URSS y gobiernos
dictatoriales auxiliados por Estados Unidos.
Se pretendía entonces, encontrar terrenos de pensamiento común en los que
Carlos Andrés Pérez veía reivindicaciones fundamentales para la región y por
ende para América Latina. En panamá se trataba de la nacionalización del Canal,
negociada con el gobierno de Estados Unidos; en Nicaragua, el cese del
conflicto armado y del apoyo de Estados Unidos al dictador Somoza; en el Salvador un acuerdo de convergencia
con el gobierno para detener el conflicto armado interno que en diez años
provocó más de 30.000 muertos.
Todo esto se logró tras múltiples acciones de Carlos Andrés Pérez con gobiernos
europeos “de corte Internacional Socialista”, el Vaticano y otros gobiernos de
América Latina.
Los acuerdos de paz fueron supervisados por el Secretario General de las
Naciones Unidas, primero Javier Pérez de Cuellar
y posteriormente Boutros-Boutros Ghali
y en ambos casos todo fue monitorizado por el conocido mediador peruano, Álvaro
de Soto.
Los hechos de cooperación internacional estimulados por las acciones del
presidente Pérez fueron de gran trascendencia y en algunos casos desconocidos.
Un ejemplo de ello fue el proceso de convergencia entre México, Colombia y
Venezuela que Carlos Andrés inició en su primer gobierno con acuerdos de
cooperación internacional cada vez mayores y culminó en su segundo mandato, con
la creación de una embajada única que representó a los gobiernos de estos tres
países internacionalmente y con un embajador jefe que se alternaba anualmente
en representación de cada uno de los países.
Como corolario de estas acciones y de la visión estratégica del presidente
Pérez, pocos días después de darse a conocer la visita a la Unión soviética, el
gobierno y las empresas norteamericanas anunciaron que habían logrado colocar
los 3 millones de barriles diarios en el mercado internacional para el año
1977.
En próximas entregas ampliaré interesantes y poco conocidos hechos de esa gira
de 10 días por Europa, donde se evidencia la relevancia histórica de un gran
estadista a quien tuve el honor de asistir en el ámbito internacional a lo
largo de sus dos gobiernos.
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* Ministro de la Presidencia y Asuntos
Exteriores de Venezuela de 1989 a 1991. Ocupó el cargo de Asesor Principal del
Secretario General de la UNCTAD y Director
del Proyecto conjunto UNCTAD / PNUD sobre Globalización, Liberalización y
Desarrollo Humano Sostenible durante el período. 1999-2004. Paralelamente a su
carrera como funcionario público gubernamental e internacional, ha presidido
muchas reuniones internacionales, principalmente en temas de desarrollo e
integración. Fue Representante de Venezuela ante el Comité Económico de la OPEP. Ahora se ha retirado de la ONU y
actualmente es miembro asociado en el Instituto de Relaciones Internacionales Clingendael , de los Países Bajos – Programa
Internacional de Energía.