La cooperación internacional, en riesgo

Editorial – Mundiario

Elon Musk se propone cerrar la USAID, entidad con rango de ministerio en EE UU, que es la mayor agencia de cooperación al desarrollo del mundo.

La cooperación internacional ha sido, desde su concepción, un pilar fundamental para el desarrollo global, al facilitar la transferencia de recursos financieros y técnicos entre países a través de diversas instituciones multilaterales. Organismos como la FAO, el FMI, el Banco Mundial, la OIT, la OMS, la ONU y muchas otras entidades han desempeñado un papel clave en la promoción del bienestar mundial. Sin embargo, este modelo de asistencia y solidaridad está en peligro debido a una creciente ola de aislacionismo y recortes presupuestarios en Estados Unidos, especialmente bajo la administración de Donald Trump y el fuerte respaldo del magnate tecnológico Elon Musk.

El reciente anuncio de la posible desaparición de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha generado un torbellino de preocupación en la comunidad internacional. Fundada en 1961 por John F. Kennedy, USAID se ha convertido en una piedra angular de la política exterior estadounidense, financiando proyectos esenciales en salud, educación, seguridad alimentaria y derechos humanos en más de cien países. Sin embargo, en un giro sin precedentes, el presidente Trump ha dado luz verde a una reestructuración radical del gasto federal que podría llevar a la desaparición de la agencia.

Elon Musk, en su rol dentro del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha sido uno de los principales defensores del recorte masivo de gastos, asegurando en su red social X que USAID es un «nido de víboras marxistas» y que «sería imposible de arreglar». Estos comentarios han sido respaldados por el propio Trump, quien ha calificado a la agencia de «lunáticos radicales» y ha sugerido que su desaparición es un paso necesario para reducir la burocracia estatal.

Implicaciones globales del cierre de USAID

La posible eliminación de USAID no solo tendría un impacto interno en la política estadounidense, sino que afectaría directamente a millones de personas en todo el mundo. En el año fiscal 2023, USAID desembolsó más de 72.000 millones de dólares en asistencia humanitaria, representando el 42% del total mundial de ayuda exterior según datos de la ONU. Estos fondos se destinaron a programas críticos como la lucha contra el hambre en África, la prevención de enfermedades infantiles en América Latina, el acceso a agua potable en el sudeste asiático o el fortalecimiento de la democracia en países de la antigua órbita soviética.

Sin estos recursos, muchas organizaciones no gubernamentales que dependen de la financiación estadounidense para llevar a cabo su labor podrían desaparecer, dejando a comunidades vulnerables sin apoyo esencial.

Un cambio de paradigma: el aislacionismo de Trump y Musk

Históricamente, tanto republicanos como demócratas han considerado que la estabilidad global es fundamental para la seguridad nacional de Estados Unidos. Sin embargo, la visión de Trump y Musk apuesta por una política de «Estados Unidos Primero», que busca reducir drásticamente la participación del país en iniciativas internacionales. Esta postura marca un cambio radical con respecto a las estrategias tradicionales de diplomacia y desarrollo que han caracterizado la política exterior estadounidense desde la Segunda Guerra Mundial.

El control de Musk sobre el DOGE y su influencia en la administración federal han permitido movimientos sin precedentes, como el cierre repentino de la sede de USAID y la cancelación de desembolsos de ayuda, con la excepción de aquellos destinados a la asistencia militar a Israel y Egipto. Además, la desaparición de la página web de USAID y el cese de funcionarios clave han levantado alarmas sobre la transparencia y el respeto a los procedimientos democráticos dentro del Gobierno de EE UU.

La reacción internacional: un futuro incierto

El posible desmantelamiento de USAID ha provocado reacciones de indignación entre los aliados de Estados Unidos y en la comunidad de derechos humanos. Numerosos grupos han advertido sobre el peligro de este movimiento, que podría desestabilizar regiones enteras y aumentar el riesgo de crisis humanitarias.

Si USAID desaparece, otras potencias como China podrían llenar el vacío dejado por Estados Unidos en el escenario de la ayuda al desarrollo, consolidando su influencia en África, Asia y América Latina. Esto podría alterar significativamente el equilibrio de poder global y reducir la capacidad de Occidente para influir en cuestiones clave de gobernanza y derechos humanos.

¿Un peligro para la cooperación internacional?

El riesgo que corre la cooperación internacional en la actualidad es real y tangible. Lo que está ocurriendo con USAID es un síntoma de una tendencia más amplia hacia el nacionalismo y el aislacionismo, lo que podría comprometer décadas de avances en el desarrollo global. La incertidumbre sobre el futuro de la agencia estadounidense es solo la punta del iceberg de un debate mucho más profundo sobre el papel de las potencias mundiales en la asistencia internacional y el impacto de las decisiones políticas en la vida de millones de personas.

El desmantelamiento de la cooperación internacional no solo sería un error estratégico para Estados Unidos, sino una tragedia humanitaria para el mundo. Si la comunidad global no reacciona con rapidez, podría enfrentar una nueva era de incertidumbre y retrocesos en la lucha contra la pobreza, la salud pública y la estabilidad mundial. 

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