Por Juan Carlos Ruiz* – Diario 16
La relatora para los derechos humanos observa que la comunidad internacional está fragmentada, con un occidente incapaz de ver que se está cometiendo un genocidio, lo que daña una solución a largo plazo, al tiempo que se rompe el orden internacional
La relatora para los derechos humanos en los territorios palestinos ocupados, Francesca Albanese, considera que es necesario imponer sanciones a Israel y suspender relaciones económicas, diplomáticas, políticas y militares con el país a fin de acabar con la ocupación y lo que califica de genocidio en Gaza.
Albanese observa que «los patrones genocidas que se observan en Gaza empiezan a extenderse a otros territorios ocupados por Israel, como Cisjordania», donde en el último año van más de 700 palestinos muertos, entre ellos 169 niños, y 9.000 personas han sido detenidas arbitrariamente. Comenta cómo en marzo de este año dio la alarma sobre la comisión del genocidio y los nuevos datos que ha recogido desde entonces para el informe que acaba de presentar a la Asamblea General.
El genocidio se está extendiendo a Cisjordania y Jerusalén
«Sí, en marzo presenté al Consejo de Derechos Humanos una serie de pruebas que recogí mirando y analizando la conducta militar del Ejército israelí durante cinco meses, acompañada por decisiones políticas del liderazgo político-militar israelí y también de voces sociales o religiosas que han animado a lo que yo he concluido: que es un genocidio. Porque he visto los patrones de actos homicidas, de exterminio, en números muy altos de palestinos, una conducta dirigida a destruir la posibilidad de vivir en Gaza y también a infligir sufrimiento físico y mental, con la intención de producir esta destrucción. He analizado unos actos que me hicieron concluir que había unas razones suficientes para hablar de genocidio en Gaza», explica la relatora. Reconoce que los cinco o seis meses siguientes ha analizado patrones de conducta que han continuado en Gaza y ha confirmado el nivel de destrucción que se produjo y de incitación muy fuerte y muy violenta del liderazgo israelí, no sólo en Gaza, sino que también ha empezado a entreverse en Cisjordania y en Jerusalén.
Albanese dice que Gaza está destruida, porque ya no hay posibilidad de alimentar, ya no hay hospitales que funcionen, ya no hay escuelas… «Todo lo que constituía la posibilidad de vivir en Gaza fue destruido. Se destruyó tanto el cuerpo físico como el alma del pueblo. Pero en el resto del territorio ocupado se están manifestando patrones similares. Según un informe de la ONU, las incursiones israelíes del último año en Gaza y aquí, en Cisjordania, han hecho retroceder el desarrollo palestino casi 70 años».
No se da el derecho de autodefensa en este caso
Israel justifica su ofensiva en su legítimo derecho a la defensa y a la seguridad tras los ataques de Hamás el 7 de octubre de 2023. Desde el punto de vista de los derechos humanos, según explica Albanese, «sí, ese derecho de autodefensa simplemente no se da en este caso. Israel tiene el derecho de protegerse en su territorio, de proteger a sus ciudadanos y ciudadanas, pero no tiene el derecho de hacer la guerra a la población ocupada, a la población que mantiene bajo ocupación desde 1967; una ocupación que también la Corte Internacional de Justicia, el julio pasado, ha declarado ser ilegal y ordenó que termine lo más rápidamente posible. La Asamblea General ha determinado que este rápidamente significa en un año. Antes de septiembre del 2025, Israel tiene que sacar completamente sin equívoco el Ejército, las colonias y terminar la explotación de recursos naturales. Terminar su agresión».
Añade que la Corte ha confirmado, por segunda vez, «que no hay posibilidad de invocar el derecho a la autodefensa, que es el derecho de hacer la guerra cuando un Estado es atacado por otro Estado. Aquí no es así. Aquí hay un derecho a la autodeterminación del pueblo palestino que se puede defender solamente con la resistencia. Hay un derecho a resistir, que es como a la autodefensa por los Estados. Claro, el derecho a la resistencia tiene límites también. Pero imaginemos que Israel pudiera hacer la guerra contra el Estado de Palestina (no es el caso pero imaginemos)… Hay reglas en las guerras también. No se mata a todos los ciudadanos y las ciudadanas. No se mata a los civiles. No se mata 17.000 niños, 42.000 civiles. No sabemos si son todos civiles, pero Israel tampoco lo sabe. Israel dice que está matando a todos los terroristas porque todos los palestinos fueron identificados como terroristas, como miembros de Hamas, como objetivos legítimos. Esta no es manera de conducir una guerra. Esta es una manera de justificar un genocidio».
En su informe la relatora especial explica que este genocidio no empezó el 7 de octubre. «Yo he dicho que el genocidio empieza cuando Israel, el Ejército israelí y los ministros israelíes, da la orden de destruir, de erradicar la población de Gaza. Pero digo también, como Lemkin lo decía, que el genocidio no es un acto, es un proceso. Israel después del 7 de octubre ha visto la oportunidad de avanzar su plan de conquista del territorio que queda de Palestina y donde habitan los palestinos como una forma de venganza. Pero había ya un proceso de deshumanización de los palestinos desde hace muchos años. Entonces, lo que pasó el 7 de octubre ha facilitado la oportunidad de cometer un genocidio».
Albanese se ha pronunciado también sobre la creación del Gran Israel. «Sí, este es el objetivo a largo plazo. Está ahí desde hace mucho tiempo. Israel lo estaba logrando un paso cada vez, cada día más, tomando casa por casa, tomando un poco de tierra más cada día y desplazando a los palestinos un poco cada más cada vez. Y después del 7 de octubre este plan se hizo más cercano, con la oportunidad de desplazar a todos los palestinos».
Sanciones de la comunidad internacional
Respecto a qué pueden hacer la ONU y la comunidad internacional para detener todo esto, la relatora ha afirmado: «A mí me parece que nunca en las últimas décadas, la comunidad internacional representada en esta institución, la Asamblea General en particular, ha estado tan fragmentada como ahora. Hay muchas divisiones ideológicas. Me da tristeza y miedo ver, sobre todo, que los (países) occidentales no quieren mirar, no quieren creer lo que ven, y prefieren ver lo que creen. Y han decidido que Israel no puede cometer genocidio, que este no es un genocidio. Pero ese es un factor que daña el problema de Palestina. Hay un problema de diagnóstico que no permite lograr soluciones a largo plazo, porque la comunidad internacional está dividida y no tiene una intención seria en la resolución de lo que se llama conflicto, que significa aplicar el derecho internacional como está escrito y que hoy significa sancionar a Israel: Sancionar a Israel, suspender las relaciones económicas, políticas, diplomáticas, militares, estratégicas con ese Estado que está, no solamente continuando una ocupación ilegal, ilegítima e inmoral, (sino) que está también cometiendo genocidio contra los palestinos y está también atacando de manera feroz a las Naciones Unidas este año con bombas, con asaltos violentos contra sus autoridades, contra el Secretario General, contra los cascos azules, contra las escuelas, los hospitales, los refugiados…»
El orden internacional se está rompiendo
Junto con una treintena de relatores y de otros expertos en derechos humanos, Albanese ha afirmado que el actual orden internacional se está haciendo añicos en Gaza. Pero ¿cómo afectará la ruptura de ese orden internacional a los derechos humanos más allá de Gaza?. Según la experta de la ONU, «creo que estamos como después de la Segunda Guerra Mundial. Hay una probabilidad muy fuerte de que este orden mundial que tenemos después de 75 años se esté rompiendo y no tiene la fortaleza para resistir este golpe que viene de todos los lados. No tiene capacidad de aplicar el derecho internacional, no tiene posibilidad de garantizar la asistencia humanitaria, no tiene posibilidad de prevenir el excesivo uso abusivo de la fuerza. La comunidad internacional está paralizada. Es ineficaz. Entonces, el orden mundial se está haciendo irrelevante y, además, el Sur Global no tiene confianza en ese sistema de doble standard.
*Periodista y Licenciado en Ciencias de la Información