Trump Quiere Repetir en Ucrania su Supuesto «Éxito» Pacificador en Gaza

Por Juan Antonio Sanz* – Público.es

El medio estadounidense ‘Axios’ sostiene que Trump está negociando «en secreto» un plan de 28 puntos para alcanzar el alto el fuego en Ucrania que incluiría la cesión de territorio a Rusia.

Este miércoles deberían haberse reunido en Estambul el presidente Zelenski y el representante especial de Trump para Rusia y Oriente Medio, pero el encuentro finalmente se suspendió.

La noticia la ha adelantado la web de análisis estadounidense Axios, que cita fuentes oficiales de Washington y Moscú: el presidente Donald Trump está negociando un plan secreto de 28 puntos con Rusia para alcanzar un alto el fuego en Ucrania “inspirado” en el “éxito” del acuerdo logrado en Gaza con Israel. En el plan se contemplarían garantías de seguridad para Europa y Ucrania, aunque ninguna ha sido consultada para su elaboración.

Según indicaron los altos funcionarios a Axios, Trump podría aceptar la cesión a Rusia de territorios en el este de Ucrania, en concreto, la zona del Donbás que ya ha conquistado en buena parte el Ejército ruso. A cambio, Washington ofrecerá garantías de seguridad a Ucrania y Europa ante una eventual nueva agresión rusa.

No es de extrañar, pues, que esta semana, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, de gira en Europa y Turquía, haya recabado más armamento, más dinero y renovados compromisos de asistencia militar en dos de los principales países de la OTAN, Francia y España, aunque los acuerdos alcanzados con París y Madrid afecten más a la seguridad futura de Ucrania que al curso actual de la guerra.

Ni el centenar de aviones de combate Rafale que Francia prometió vender el lunes a Ucrania, durante la visita de Zelenski a París, ni los 615 millones de euros que España movilizará para apoyo militar a Kiev, como le aseguró el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, al líder ucraniano en Madrid el martes, llegarán a tiempo al campo de batalla como para decidir un cambio de rumbo en la guerra en los próximos meses.

Ni siquiera serán decisivos los cien millones de euros que donará España a Ucrania para la compra urgente de armamento a EEUU, siempre el gran beneficiado de este conflicto. La guerra en el frente ucraniano va por otros derroteros que se están acelerando en algunas zonas de este teatro bélico.

La guerra no entiende de promesas futuras

Así, ocurrió este martes con el lanzamiento por Ucrania de cuatro misiles de largo alcance estadounidenses ATACMS contra la ciudad rusa meridional de Voronezh. Los ATACMS (Army Tactical Missile Systems) son los misiles más poderosos que posee Ucrania, junto con los Storm Shadow británicos. Habían sido suministrados por la anterior Administración estadounidense, del presidente Joe Biden, y en noviembre de 2023 fueron utilizados por primera vez, causando mucha inquietud en el Kremlin.

Aunque Rusia indicó que había derribado los ATACMS con sus sistemas S-400 de misiles tierra-aire, sin embargo, el uso por Ucrania de ese tipo de proyectiles balísticos, que la actual dirección de la Casa Blanca había prohibido utilizar desde enero, puede imprimir un impulso a las acciones bélicas ucranianas, por la alta precisión que pueden tener contra objetivos dentro de la Federación Rusa y sobre blancos muy precisos en la propia línea del frente. Ya de momento, Alemania se animó este miércoles para prometer sus propios misiles de largo alcance a Ucrania.

La respuesta rusa fue brutal este miércoles y también muy inquietante, pues una de las zonas elegidas como blanco de una oleada de 480 drones y medio centenar de misiles fue el oeste de Ucrania, en concreto la ciudad de Ternópil. Este ataque demostró que, al igual que los ATACMS pueden adentrarse en el corazón de Rusia, también los misiles rusos pueden llegar a la Ucrania más alejada del frente bélico.

La moral de los ucranianos no está en su mejor momento

En este bombardeo en Ternópil, al menos 25 personas, de ellas tres niños, murieron masacradas. Los drones y misiles rusos tuvieron también como objetivo la red energética en otras regiones ucranianas, que se ha convertido en el blanco principal de los bombardeos rusos desde octubre.

El efecto desmoralizador sobre la población de los cortes continuos de electricidad, gas y agua es muy elevado. Y se añade a la gravísima crisis política que afecta al Gobierno ucraniano, con varios ministros investigados por corrupción, en una trama de sobornos a empresas públicas protagonizada por el empresario Timur Mindich, propietario del 50% de la productora que fundó Zelenski en sus tiempos de actor y amigo personal del presidente ucraniano.

En medio de estas circunstancias, la noticia de que rusos y estadounidenses estén negociando un alto el fuego sin su participación no ha caído muy bien en Ucrania. Tampoco en la Unión Europea y el flanco europeo de la OTAN, que igualmente no están contribuyendo a la propuesta de paz de Trump para Ucrania.

Según Axios, el plan ha sido negociado por el representante especial de Trump para Rusia y Oriente Medio, Steve Witkoff, y, por parte rusa por el enviado del Kremlin Kiril Dmitriev, director del fondo soberano de Rusia y uno de los diplomáticos del Kremlin más implicados en los contactos con los estadounidenses. Moscú ha negado esos contactos con los estadounidenses, como hace habitualmente cuando hay negociaciones a escondidas.

Kiev ninguneado, perdería parte de su territorio

Una muestra del malestar ucraniano tras filtrarse detalles del plan es que deberían haberse reunido en Estambul este miércoles el presidente Zelenski y Witkoff, pero el encuentro finalmente se suspendió. Witkoff se vio esta semana en Miami con Rustem Umérov, jefe del Consejo para la Seguridad Nacional de Ucrania e interlocutor de los rusos en los espaciados encuentros que ha habido entre emisarios de Kiev y Moscú en lo que va de año.

Según las fuentes apuntadas por Axios, la Administración Trump había estado trabajando con los rusos «en secreto» en la elaboración de ese plan y que Moscú se sentía optimista al respecto. Los 28 puntos del plan abarcan cuatro categorías: la paz en sí, las garantías de seguridad, la seguridad en Europa y las futuras relaciones de EEUU con Rusia y Ucrania.

El plan otorgaría a Rusia el control total de las regiones de Lugansk y Donetsk, que conforman la histórica zona rusófona ucraniana del Donbás. No se especifica cómo entregaría Kiev el 15% de Donetsk que aún controla, con ciudades de la categoría de Kramatorsk y Sloviansk.

El control ruso sobre el Donbás no le permitiría, sin embargo, desplegar tropas y sería una zona desmilitarizada. Rusia a cambio devolvería áreas ocupadas en Jersón y Zaporiyia, lo que explicaría la ofensiva rusa en estos momentos en esta última región, a fin de tener una pieza más interesante que intercambiar en unas eventuales conversaciones de paz.

Dmitriev se reunió con sus contrapartes estadounidenses entre el 24 y el 26 de octubre pasado en Miami, donde habría expresado su satisfacción por el interés mostrado por la Casa Blanca ante las demandas rusas.

Un alto funcionario ucraniano indicó a Axios que Witkoff recibió a Umerov en Miami y que le había suministrado algunos bosquejos del plan a principios de semana. Es posible que más detalles los proporcionen el secretario del Ejército, Dan Driscoll, y los dos generales de cuatro estrellas despachados por el Pentágono a Kiev para hablar de negociaciones.

Sin embargo, hasta el momento, Zelenski siempre ha rechazado tajantemente la cesión de territorio ucraniano a Rusia y menos aún de las zonas ocupadas, incluida la península de Crimea, anexionada en 2014.

Trump pide flexibilidad a las partes

«El presidente ha dejado claro que es hora de detener la matanza y llegar a un acuerdo para poner fin a la guerra. El presidente Trump cree que existe la posibilidad de terminar con esta guerra sin sentido si se muestra flexibilidad», subrayó a Axios un funcionario de la Casa Blanca.

También habló con Axios el propio Dmitriev, quien recordó que en la base del plan estaban los principios acordados por Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin, en Alaska, en agosto pasado. Esos puntos pasaban por la reanudación de relaciones cordiales entre Rusia y EEUU, y el examen de las preocupaciones de seguridad rusas.

El plan, según señalaron los rusos a Axios, hace mucho hincapié en la seguridad duradera para Europa, como fundamento de la seguridad en la propia Ucrania. Una vez establecido un borrador consistente del plan de paz, podría tener lugar la cumbre en Budapest anunciada hace unas semanas por Trump y que finalmente canceló el presidente estadounidense ante la falta de expectativas en esos momentos para conseguir un acuerdo.

La guerra marcará la aceptación del plan de Trump  

La posibilidad de que Rusia se siente a la mesa de las negociaciones depende mucho del punto en que se encuentre la guerra. En estos momentos, se cierra el cerco ruso en torno a Pokrovsk y Kupiansk, esta última ciudad en la región de Járkov y la primera en Donetsk. La toma de estos bastiones podría llevar a la completa conquista rusa de esta región y, por tanto, del Donbás.

La fuente de la Casa Blanca confirmó a Axios que Washington ya está informando a la Unión Europea y a Ucrania sobre el plan secreto y que éste podría modificarse con las aportaciones de las partes. El funcionario reclamó «pragmatismo y realismo» a las partes, lo que ha sido interpretado como una llamada a Kiev para que se vaya convenciendo de que podría perder territorio a manos de Moscú.

En estos momentos, Kiev no estaría muy interesada en abrir un proceso de paz. Además de ir perdiendo en el frente de batalla y de sufrir problemas muy importantes con la falta de soldados, lo que le deja en muy mala posición para negociar, Zelenski y sus pretorianos aún confían en que EEUU pueda suministrarles misiles Tomahawk, de largo alcance, los más potentes que ostentarían los arsenales ucranianos.

Miles de millones de euros de la UE en el aire 

También creen que Europa podría inyectarle a Ucrania decenas de miles de millones de euros con los que comprar muchas más armas a EEUU y con los que afrontar un armisticio menos oneroso que el que se vaticina ahora.

Una esperanza la dio esta semana la Comisión Europea, que planteó una subvención a Ucrania de 90.000 millones de euros, con «donativos» de los Veintisiete equivalentes a entre el 0,16% y el 0,27% de sus PIB anuales, siempre y cuando no se autorice el uso de los activos rusos inmovilizados por las sanciones de Bruselas a Moscú.

En cualquier caso, advirtió la CE, Ucrania necesitará 135.700 millones de euros en apoyo fiscal y militar entre 2026 y 2027. Es una carrera contrarreloj, pues se precisaría un acuerdo de los miembros de la UE antes de fin de año si se quiere pagar a Kiev a partir del segundo trimestre de 2026. Para entonces, la guerra puede haber avanzado en cualquier dirección y ninguna conveniente para Ucrania si no dispone de la mayor parte de ese dinero.

*Juan Antonio Sanz, periodista y analista para Público en temas internacionales. Es especialista universitario en Servicios de Inteligencia e Historia Militar. Ha sido corresponsal de la Agencia EFE en Rusia, Japón, Corea del Sur y Uruguay, profesor universitario y cooperante en Bolivia, y analista periodístico en Cuba.